En 1983 Apple planea la introducción de Macintosh en un mercado de grandes equipos informáticos dominado entonces por IBM. Para ello contratan a una pequeña e innovadora agencia que, aprovechando la coincidencia cronológica, propone un anuncio rompedor basado en la novela de Orwell 1984.
La pieza termina por emitirse durante la final de la Super Bowl de ese ese año, convirtiendo este en un espacio icónico a partir de entonces, y contribuyendo a la venta de 72.000 Macintosh sólo el primer día.
Los espectadores descubren un anuncio que arranca con un ejecutivo dando una conferencia a través de una pantalla a una audiencia uniformemente deshumanizada, en una clara parodia al sometimiento de los clientes en un mercado dominado por IBM. Pero una joven atleta corre hacia la pantalla lanzando contra ella un mazo que destruye el Gran Hermano. La voz en off final cierra el relato: “Les presentamos el Apple Macintosh. Porque 1984 no será como 1984”.
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